Saturday, October 14, 2006

Encuentro de dos mundos

Por Josué peñaloza

La penúltima vez que el “presidente” Vicente Fox vino a Baja California, fue a Tijuana para inaugurar la nueva biblioteca de la Universidad (UABC). En esa ocasión se desplegó un extraordinario operativo de seguridad en el cual cerraron a la circulación automovilística y peatonal una de las más importantes vialidades de Otay: la avenida Universidad. El hecho, sin duda fue memorable para la vida de la ciudad, por lo bizarro y descontextualizado que parecía, un acontecimiento digno solamente de un Rey, (En peligro de derrocamiento), de la edad media. Ahora, caigo en la cuenta de que en realidad no era un hecho aleatorio y fortuito, sino que fue algo sumamente simbólico y que seguramente el señor Fox ni siquiera se imagina. Ese acto, ese puro acto esquizoide simbolizó el encuentro de los dos mundos. Este mundo América y el otro mundo Europa: el nuevo y el viejo mundo. Fox pertenece, de facto, al viejo mundo. Ahora me explico.

Para empezar, es obvio que “Fox”, por su apellido, desciende de padre estadounidense-inglés, pero justo en esos días, salió a la luz publica que la madre de Vicente Fox es española y que él no nació en México, sino en USA, por lo tanto, estamos siendo gobernados por un extranjero. “!Voila!” Llevamos quinientos cuatro años dominados en su mayor parte por extranjeros, si no de nacimiento, si de mentalidad; quinientos cuatro años de monarquía; quinientos cuatro años de monoteísmo; quinientos cuatro años de monólogo, no olvidar que este señor Vicente se la pasa monologando sobre un país “maravillosos” el cual sólo él conoce. ¿Eso es lo que hay que celebrar? ¿Descubrir que hemos sido gobernados en mayor parte por gente inepta como este extranjero?

Hay que celebrar el encuentro de dos mundos. Sí, de acuerdo, pero no hay que olvidar que con este encuentro se formo otro mundo, algo así como un árbol. Ese árbol se llama México. Indudablemente que hubo una hibridación, los europeos se mezclaron con los indígenas, fruto de esa mezcla somos la mayoría de los mexicanos, digamos que somos el tronco del árbol. Sin embargo nos hemos distanciado, se nos ha olvidado que los árboles tienen raíces y que México tiene unas raíces muy profundas en la tierra, en la ancestral madre tierra, y ¿Quién esta y ha estado históricamente más ligado a la tierra? Pues los grupos étnicos, los indígenas, las hoy minorías, que por mas de quinientos años no han tenido voz, y no porque carezcan de ella, sino porque, como ya dije, los del viejo mundo han tenido esa mala costumbre de hablar mucho o peor aun, ( Fox es prueba de ello), de monologar lo “maravilloso” que es su mundo. Para pronto, la raíz ya estaba en América con sus indígenas, lo otro, lo europeo, es un injerto. ¿Qué es un árbol sin raíz? ¿No es ya tiempo de que las raíces hablen? ¿No es tiempo de pasar del monólogo al diálogo?

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