Hoy tenemos PRESIDENTE... Y un usurpador.

Creo que no me equivoco si digo que esta resolución ya la intuímos desde hace semanas. Desde el desafuera a muchos nos quedó muy clara la sentencia: no dejar que Andres Manuel López Obrador lleguara a la Presidencia.

Dicho y hecho:La campaña del miedo: esa campaña llamada guerra sucia que no hizo más que sustentarse en mentiras y exageraciones con la intención clara de infundir terror a los votantes que pretendieran apoyar a López Obrador.

La campaña empresarial: apoyando a Calderón, la CCE gastando millones de pesos con tal de que FECAL "ganara" votantes, "ganara la presidencia".

El Sr. Presidente haciendo uso de todo el aparato de estado: en apoyo abierto a Calderón, sin interesarle que no debía, por ley, proclamarse a favor de ningún candidato.

El día de las elecciones: corruptas, sucias, sin ningún respeto por la inteligencia de los ciudadanos, que vimos como el procesos de emisión del voto estuvo plagado de anomalías.

El conteo del IFE: que agarró dormidos a todos los mexicanos para decir, finalmente, que no había información precisa, que no podía darse un falló, que debíamos esperar hasta el recuento del 5.

El recuento del 5 de julio: día fatídico para los que votamos por López Obrador, fadítico en extremo porque, después de sentirnos complacidos de que nuestro candidato estuviera a lo largo del día arriba de Calderón, nos llevaron a la cama para que, a las 3 de la madrugada de pronto FECAL volterara los resultados. Amanecimos el 6 de julio con la "ratificación" de la aparente ventaja de Felipe sobre Andres Manuel.

Después, semanas duras. Semanas de golpe. Semanas de hacer oidos sordos ante quienes gritaban tonterías: renegados, perdedores, obsesivos. ¿Acaso el único objetivo en la vida es ganar la medalla, ganar el diploma, ganar, ganar, ganar? ¿Acaso para ser ganador necesitamos ser reconocidos ante el mundo?

¿Quien pierde más: los que aceptamos nuestra condición como población pobre, como sociedad descompuesta, como país con una enorme desigualdad o justicia?

¿Quienes pierden: los que han votado (y ahora festejan) por un candidato que no habrá de hacer otra cosa que no sea aumentar el grado de pobreza, desiguldad e injusticia en nuestro país, un hombre que será vocero y defensor de los interéses más egoístas y elitistas que puede haber en México?

Pobres de esos pobres.Aquí no hay más que 15 millones de ganadores... y un PEJE.Tenemos una convicción, inicia nuestra lucha.

Porque a partir de hoy tenemos un PRESIDENTE ELECTO... y un usurpador.